Jack Harding es un Fotógrafo Comercial con sede en Londres. Su amor por la fotografía comenzó al capturar los paisajes de Noruega en 2016 cuando vivía en Escandinavia. Fotografiar los fiordos y montañas de este hermoso país despertó su interés por las ubicaciones rurales, ya que Jack pasaba todo su tiempo libre persiguiendo amaneceres y puestas de sol en busca de la luz perfecta. Estaba trabajando de 9 a 5, lo que suponía un desafío, pero esperaba ser fotógrafo a tiempo completo algún día.
Fueron estas imágenes hace siete años las que impulsaron la carrera de Jack, con periódicos y revistas eligiendo algunas de las imágenes, lo que le valió a Jack sus primeros ingresos por su propia arte. Durante los primeros años, Jack construyó una comunidad en línea de más de 300.000 seguidores, principalmente en Instagram, mientras compartía sus viajes y ediciones evocadoras con su audiencia. Jack se hizo conocido por sus imágenes de acantilados inmensos, montañas y lagos. Con el tiempo, Jack se interesó en la Fotografía Comercial, principalmente en el estilo de vida y la automoción. A medida que su trabajo evolucionaba, se agregó el aspecto humano y de movimiento a sus sesiones. La narración se convirtió rápidamente en la columna vertebral de la mayoría de las sesiones, encontrando una historia para cada proyecto para crear imágenes atemporales.
Esto llevó a Jack a enseñar fotografía a personas de todo el mundo con talleres en las Highlands de Escocia, las montañas de Madeira y los cañones de Kirguistán. Uno de los momentos más destacados para Jack en el mundo creativo ha sido la edición, ya que esto le ha permitido contar una historia con su toque a través de programas como Adobe Lightroom y Photoshop. La fotografía nítida de Jack y su estilo limpio le ayudaron a crecer una comunidad y atraer clientes como Audi, Bentley y Sony.
Para mi imagen, relacionada con el concepto de RISE, elegí esta de Madeira. La combinación perfecta de condiciones, mientras esperábamos durante cuatro días a que el clima despejara, con poca suerte. El sol encendió las nubes para crear la escena perfecta con colores y luz impresionantes. A veces, en la fotografía, hay que ser paciente; este fue el momento en que todo valió la pena.